Apícolas

LAS BONDADES DE LAS ABEJAS:

LA MIEL

Hasta los más pequeños de la casa saben que las abejas, en sus panales, han elaborado desde tiempos remotos, a partir del néctar de flores, este fluido viscoso, cuyo sabor dulce es capaz de enloquecer hasta a pacíficos osos de historietas. Entrando a un nivel más técnico de la cuestión, hay que comentar que las características de la miel, a pesar que no sea conocido por el gran público, dependen del tipo de néctar y  procedencia dando lugar a distintos tipos de miel.

Por lo que se refiere a la miel de néctar, la popular miel de flores, puede dividirse en milflores o monofloral, en función del predominio de un néctar determinado, cosa que a la vez la dota de las propiedades de la planta dominante (que en algunos casos potencia las propias de la miel o las complementa). Es relativamente transparente y delicada, en el sentido que puede perder su carácter fluido con facilidad ante los cambios de temperatura (también el tipo de néctar dominante es determinante). A pesar de esta característica, una miel sin sus cualidades ópticas no es una miel que esté echada a perder en cuanto a propiedades y cualidades alimenticias, ya que tiene tal resistencia que incluso se usa y se ha usado para conservar.

Sus aplicaciones en gastronomía no tienen límites, aunque por sí sola ya es un gran alimento (contiene minerales, vitaminas, aminoácidos y antioxidantes), a parte de ser una gran fuente de energía. A nivel terapéutico hay que destacar su poder antiséptico contra afecciones del tracto respiratorio, así como, aunque sea menos conocido, del tracto digestivo. Sólo hay que tener precaución en niños menores de 1 año, ya que la miel podría contener esporas de Clostridium botulinium que en cuerpos inmaduros (tanto a nivel gástrico, como inmunitario) podrían llegar a desarrollarse hasta provocar botulismo (esta precaución debería de contemplarse también en muchos otros alimentos que se toman crudos).

Todas las variedades que les presenta La Flor del Pirineo son de la máxima calidad, ya que sólo están compuestas por mieles no pasteurizadas (mantienen todas sus propiedades originales) y recolectadas en nuestro país.

EL POLEN

El polen de las flores es recolectado por las abejas, que le añaden néctar y sustancias propias para convertirlo en esas particulares bolitas, que esconden un tesoro alimenticio. Reúne todos los aminoácidos esenciales para el organismo, incluso aquellos no sintetizables por nuestro organismo y que habitualmente sólo se encuentran en alimentos de origen animal, contiene además cinco tipos distintos de vitaminas y diez minerales imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo humano.

Con todo, se convierte en un tónico ideal para combatir la fatiga (en todas sus variantes) y la anemia, normalizador intestinal que repercute en el aspecto de nuestra piel y, aunque pudiera parecer contradictorio, es un complemento ideal en dietas de adelgazamiento (garantiza que nuestro organismo no se quede desprovisto de ningún elemento).

A pesar de todo, para conseguir todas estas propiedades son imprescindibles la regularidad y la continuidad, ya que no se trata de ningún producto “milagro”, aunque con una cucharada sopera diaria en el desayuno es suficiente.

LA JALEA REAL

El valor de la jalea real se resume en su génesis: las abejas nodrizas segregan esta sustancia que convierte a una larva normal en abeja reina y que le da una esperanza de vida de 4 a 6 años (las obreras normales viven de 1 a 3 meses).

En el uso en humanos se convierte en un gran estimulante de las capacidades tanto físicas como intelectuales, pero sobre todo del estado de ánimo por su alto contenido en minerales, cuya carencia repercute en el mismo. Para obtener sus virtudes es necesario un solo gramo diario, pero un consumo de al menos un mes.