La otra "alergia" primaveral

La primavera es un tiempo tradicionalmente de dietas de adelgazamiento pensando en el verano y lucirnos; lo que sí es cierto es que la primavera es un tiempo de regeneración y desintoxicación. Tanto los animales como las plantas, especialmente los árboles, se desprenden de los mecanismos que les han hecho pasar el invierno a resguardo del frío y las inclemencias. Los animales, a través de un proceso absolutamente natural, pierden el exceso de pelo y de grasa y los árboles sacan, en forma de hojas, la energía que habían guardado en su savia. Está claro que a nivel humano la dieta se tiene que cuidar todo el año, ya que es la manera de que nuestro cuerpo haga un proceso natural parecido al de los animales. A pesar de todo, por el exotismo, por la globalización de los mercados y, en definitiva, por el hecho de que el mundo se haya empequeñecido, no seguimos una dieta basada en los productos de temporada: en otoño frutos secos como las castañas, tubérculos como el boniato, nos aportan la energía que tenemos que acumular para pasar el invierno. Del mismo modo, vegetales como el hinojo o el apio, grandes diuréticos y desintoxicantes empiezan su temporada en febrero, un mes más tarde los mercados se empiezan a llenar de frutas como las fresas, muy diuréticas. Si siguiésemos una alimentación basada en los productos de temporada, no haría falta seguir dietas bruscas, poco sanas y contraproducentes, ya que nuestro cuerpo se adecuaría a cada estación del año. Ya que las dinámicas generales son muy difíciles de cambiar, el único aliado natural que podemos encontrar para liberarnos de las grasas y toxinas del invierno (por culpa de las comidas copiosas y grasientas típicas de la época) son las plantes medicinales: la cola de caballo y los rabos de cereza nos pueden ayudar a combatir la retención de líquidos sin desmineralizarnos; el diente de león, el cardo mariano, la alcachofera y la ortiga verde, de hecho vegetales que siempre se habían consumido en fresco, nos harán un drenaje del sistema hepático, dejándonos el cuerpo limpio y permitiéndole así que pueda deshacerse de lo que no necesita de manera natural. Siempre hay una planta que se adapta a nuestras necesidades puntuales: ¡descubrid el potencial que se esconde detrás de las plantas y dejaros ayudar!