Tés

EL TÉ

Como todo lo que rodea al té, su origen también se sitúa en un tiempo y mundo lejanos y legendarios, como en un cuento de verano, narra la historia que el emperador Shen Nung hervía agua bajo un árbol del té, cuyas ramas se mecían con la suave brisa de la tarde, cuando casualmente una hoja fue a caerle al agua. Enseguida el aroma que desprendió y el color dorado que tomó le sedujeron a probar esa bebida que en instantes le reconfortó y le llevó a un estado de bienestar desconocido, convirtiéndose enseguida en la bebida del Imperio. Sea o no verdad, la belleza plástica de esta historia nos pone en la situación que el té reclama: hablamos de algo más que una bebida, una medicina tradicional o un rasgo cultural.  

El nombre botánico ha variado, siendo válidos para esta especie de camelia tanto los nombres de Thea Sinensis como Camellia sinensis- assamica. Todos los tés provienen de la misma especie botánica y la denominación verde, rojo, blanco, negro, sólo hace referencia al modo de preparación de las hojas (secado, doblado, fermentación, etc.), dependiendo siempre de la tradición de la zona que provengan, geografía que lógicamente también marca algunas características organolépticas (Yunnan, Darjeeling, Ceilán, etc.)

TÉS SELECTOS “LA FLOR DEL PIRINEO” 

El encuentro de dos mundos crea pequeñas joyas que se perpetúan en el tiempo. Así sucedió con el té, cuyo origen y evolución se difumina en el tiempo, pero se evoca en cada taza, ya en el proceso de su preparación. El suave aroma de una taza de té crea una atmósfera de comunión y comunicación, de tranquilidad y reflexión, pero también de bienestar y salud. La particularidad añadida de los aromas es que con sus matices nos trasladan además a mundos lejanos y paraísos personales.

"La Flor del Pirineo", con su larga tradición en la selección y envasado de las mejores plantas medicinales, ha ampliado su selección de tés, proponiéndose acompañarles en este viaje, intimo y relajado a veces, de múltiples y demostradas virtudes para la salud siempre. 

VIRTUDES Y PROPIEDADES DEL TÉ

Hoy en ida nadie discutiría la relación directa entre el elevado índice de longevidad en algunas regiones de China y Japón y su tradición de tomar té, demostrándose así los numerosos beneficios para la salud. Más allá de mitos y leyendas, la presencia de los polifenoles y las catequinas y la importante cantidad de vitamina E, garantizan el poder antioxidante y protector en general del té, pero especialmente de los que han recibido un grado de manipulación (oxidación) menor, como son el blanco, el verde y el rojo. 

Siguiendo premisas de la cultura oriental, para garantizar la eficacia de cualquier taza de té son imprescindibles dos cualidades: la constancia y la mesura. Es aconsejable tomar de 2-3 tazas de té al día, cada día y no creer que por ser más concentrado actuará mejor. Dos últimos puntos importantes son un agua de calidad  y no recalentar nunca el té.

¿CÓMO PREPARAR UN BUEN TÉ?

Si no se quiere usar una tetera donde bañar las hojas del té, es importante escoger un recipiente o taza donde las hojas se puedan expandir bien. El agua debe estar justo en el punto previo a la ebullición y debe dejarse reposar de 2 a 5 minutos, teniendo en cuenta que a más tiempo más aroma, pero menos teína. El té se puede tomar caliente, endulzado con miel y limón en tardes de invierno, o enfriarlo en la nevera o con dos cubitos de hielo, convirtiéndolo en una bebida realmente sana, refrescante y acalórica (siempre que no se le añada azúcar o miel) ideal para recuperar líquidos en verano.